

*** El traidor Adrián Oseguera resultó ser toda una “fichita”
*** ¿Regidores de Altamira ya se “arreglaron” con el alcalde?…
*** Da risa que ediles de Madero sean observadores en operativos de Tránsito
Por: Isaac MOLINA ZAPATA.
Aunque no se quiera aceptar que en Altamira hay una especie de crisis de gobernabilidad, principalmente por la falta de cumplimiento de acuerdos del alcalde Armando Martínez, y por ello en sesiones de cabildo los regidores han votado en contra de proyectos del mandatario municipal, los hechos así lo demuestran y seguramente este tipo de votaciones (o rebeldía) continuarán dándose hasta que haya un “arreglo”.
Así que no se trata de que los ediles estén tomando en serio la responsabilidad que les corresponde, sino que en Victoria y en Altamira hay inconformidad por el autoritarismo de los alcaldes, y tal vez también por cuestión de $$$$, llámese compensaciones, facturas, apoyos, etc.
Lástima que la ciudadanía comenzaba a ver a los regidores como una defensa ante los abusos de los presidentes municipales; sin embargo y como reza una frase muy comentada: “nadie aguanta cañonazos de muchos miles de pesos”.

ADRIAN OSEGUERA RESULTÓ SER TODA UNA “FICHITA”
En los cafés y en las colonias se escucha fuerte, y aunque surgió como rumor, sigue cobrando fuerza la versión de la traición de Adrián Oseguera Kernion precisamente a gran parte de su estructura, por lo que en automático perdió credibilidad y perdió todo el liderazgo o buena parte de éste en Madero.
Lo anterior se dice que fue por una decisión de último momento de AOK, días antes de las elecciones del 2 de junio, lo que dejó muy molestos a los líderes.
Ahora, si Oseguera desea resarcir el daño y lavar un poco su imagen debe buscar el acercamiento con esas personas que se sienten decepcionadas de su proceder, y aunque es difícil volver a confiar en un traidor, el dos veces alcalde maderense puede entablar un diálogo para tratar de convencer otra vez a esos liderazgos, pero sólo en el caso que de verdad tenga la intención de borrar esa idea de su traición.
En los últimos meses a Adrián Oseguera le han estado sacando sus “trapitos al sol”, pues además de la traición, ha sido duramente criticado por el sobreprecio de una de sus últimas obras, como el reloj de más de un millón de pesos, cuando los especialistas aseguran que ese trabajo es de unos 300 mil pesos.
Añádale que dejó de pagar la última quincena a todos los trabajadores del Ayuntamiento; y el escándalo más reciente que ha protagonizado es el cuestionamiento de la presunta compra de una casa en Tampico valuada en unos 20 millones de pesos. ¿De dónde habría sacado para pagar esa mansión?…
Vaya que ha resultado ser toda una “fichita” el dos veces alcalde de Ciudad Madero. Y como diría Raúl Velasco (QEPD): “Aún hay más”.
DA RISA QUE LOS REGIDORES SEAN OBSERVADORES EN OPERATIVOS
Y siguiendo con el tema de los cabildos de la zona sur, hasta da risa el anuncio de que invitarán a regidores de Madero a participar o ser observadores en los operativos de Tránsito de esa ciudad.
Se insiste que “si los tienen bien arreglados $$$”, ningún edil abogará por la ciudadanía en caso de abusos, pues de lo contrario les podrían quitar los apoyos. ¿O no?…
Lo ideal sería que inviten y dejen hacer su trabajo a medios de comunicación independientes que no tengan ningún compromiso con la autoridad, pero eso es mucho pedir para los alcaldes, y preferirán hacer negocio con las jugosas infracciones.

OPERACIÓN CICATRIZ EN EL PAN NACIONAL
En otras cosas, han pasado 15 días de la elección interna del PAN nacional, donde resultó ganador Jorge Romero Herrera, quien triunfó prácticamente 2 a 1.
Hasta el momento la militancia del blanquiazul está esperando la llamada “operación cicatriz” de la nueva directiva, y haga un recorrido por todo el país para invitar a los seguidores de Adriana Dávila a unirse al nuevo proyecto; pues como están las cosas en México se requiere a un Partido Acción Nacional unido y fuerte, así que tiene mucho trabajo por delante el nuevo presidente Jorge Romero.
Como siempre la mejor opinión es la de usted, amable lector. Hasta la próxima.