*** “Tronaron la Sesión Itinerante en la zona sur”
Por José Juan TOMAS.
Lo que comenzó como un ejercicio de acercamiento entre el Congreso y la ciudadanía terminó convertido en un grito colectivo de hartazgo. La Sesión Itinerante del Congreso del Estado Libre y Soberano de Tamaulipas, celebrada en la Expo Tampico, se salió del control político: los ciudadanos dijeron basta, y los reclamos apuntaron con fuerza hacia la COMAPA Sur.
Entre los señalamientos más duros, activistas como Many Segura y Aidé Contreras Zarazua exigieron la destitución del gerente general, Francisco José González Casanova, a quien acusan de incompetente, soberbio y totalmente ajeno a la realidad que viven miles de familias sin agua. La Comapa Sur, dijeron, es un organismo que “no administra el vital líquido, sino la frustración de un pueblo cansado de pagar por un servicio que no llega”.
Los diputados, incómodos, escucharon lo que por años se ha querido ocultar bajo discursos técnicos: Comapa Sur está en ruinas, hundida entre fugas, corrupción, cobros abusivos y un manejo político que favorece a intereses personales antes que al bienestar público. Y lo peor: nadie da la cara.
El reclamo también alcanzó al alcalde con licencia de Ciudad Madero, Erasmo “El Marciano” González Robledo, señalado por los asistentes como responsable directo del abandono del municipio, de haber convertido la Comapa en un botín político, y de ignorar los problemas reales de la gente mientras busca protagonismo fuera de su ciudad. “Erasmo dejó a Madero sin agua, sin liderazgo y sin vergüenza”, se escuchó entre los asistentes.
Mientras tanto, el gerente de Comapa Sur sigue atornillado en el cargo, protegido por redes políticas que insisten en sostener lo insostenible. El descontento ya no es de unos cuantos, es generalizado, palpable y explosivo. Cada fuga sin reparar, cada recibo inflado y cada colonia sin agua es un recordatorio de que el sur de Tamaulipas está siendo castigado por la ineptitud de sus propios funcionarios.
La sesión itinerante tronó, no por desorden, sino por la verdad que retumbó entre los muros de la Expo Tampico: el pueblo ya no cree, ya no espera, y ya no tolera.
Porque mientras los políticos presumen obras y discursos, la Comapa Sur se seca entre corrupción y abandono. Y el pueblo del sur, con toda razón, ya no tiene agua… pero sí mucha sed de justicia.



