
*** Gerardo Sánchez Zumaya, Arnold Rojas Tamé y Roberto Brown: una Trama que Apunta al Centro del Poder de “El Andy López”
Por: Edy Pintor.
Lo que parecía un episodio aislado en el puerto de Tampico —la incautación de un buquetanque cargado de combustible—, hoy es ya parte central de la narrativa que hemos construido en torno a la red de huachicol fiscal más poderosa del país. Una red que no sólo ha sobrevivido sexenios, sino que alcanzó su clímax en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, bajo el mando y operación de su hijo, Andrés Manuel López Beltrán, mejor conocido como El Andy.
Recordemos: el primer golpe de escritorio de AMLO al llegar a la presidencia fue cerrar los ductos de Pemex, lo que dejó a México sin gasolina por semanas y el discurso oficial hablaba de frenar el robo de combustible, pero hoy sabemos que aquello, fue apenas la cortina de humo para abrir el negocio más lucrativo de la historia presidencial. Fue entonces cuando entró en escena Andy López Beltrán; su papel fue operar la importación de gasolina desde Estados Unidos, usando empresas fantasma, socios incluyendo a su hermano José Ramón y la esposa de este, además de prestanombres e interpósitas personas como prestanombres para llenar el mercado que su propio padre había vaciado.
El buquetanque incautado en Tampico no es un hecho aislado, forma parte del mismo entramado de barcos, compañías de papel y aduanas capturadas que venimos documentando en nuestros textos desde hace cuatro años.
La conexión con Arnold Rojas Tamé, apodado el Príncipe del Huachicol, es cada vez más evidente: él es uno de los operadores de este flujo de gasolina ilegal, trabajando bajo la protección de Gerardo Sánchez —el empresario potosino de el municipio de Tanquián de Escobedo, San Luis Potosí, que hoy busca convertirse en gobernador— y de Roberto Brown, conocido en los círculos portuarios como el señor de los buques.
La red es tan vasta que en ella participan políticos, empresarios y funcionarios aduanales; las ganancias han sido tan obscenas que en comunidades donde antes predominaban bicicletas y arados, hoy circulan Rolls Royce Cullinan, de más de medio millón de dólares y Lamborghinis de alta gama. Un insulto a la miseria de millones de mexicanos.
Lo que en su momento era apenas un señalamiento de corrupción, hoy se convierte en una acusación documentada: esta mafia del combustible no sólo enriqueció a unos cuantos, sino que financió campañas, compró lealtades y alteró la política nacional.
Andy López Beltrán es el jefe real de esta estructura, y personajes como Rojas Tamé, Roberto Brown y Sánchez Zumaya, son las piezas operativas que mantienen la maquinaria funcionando en el fronterizo estado de Tamaulipas.
La historia no termina aquí. Así como otros actores de este esquema han terminado tras las rejas, todo apunta a que la justicia —nacional o internacional— tendrá que poner el ojo en estos personajes. El buquetanque de Tampico es apenas el génesis.
A esta red de huachipimpineros, donde la cabeza es Andy López Beltrán (a) El Andy, ya se les acabó la gasolina…
…y el único próximo tanque que van a llenar, será el del convoy de los Norteamericanos y de Omar García Harfuch que los lleve al penal.
Que les sea leve…
