
*** La familia Slim y la cuna tampiqueña…
Por: Edy Pintor.
En una reciente entrevista, Carlos Slim Hellu recordó con orgullo los orígenes de su padre en Tampico, ciudad que, más allá de su relevancia portuaria, fue tierra de oportunidades y de encuentro para muchas familias que, desde la primera mitad del siglo XX, trazaron allí su destino. Slim Ellu evocó aquel momento fundacional: su padre llegando al puerto y trabajando en el mercado de Tampico, lugar donde se sembró la semilla de lo que años más tarde daría vida a una de las dinastías empresariales más influyentes de México.
El relato no se limita a una anécdota familiar. Tampico, en esa época, era un punto neurálgico para el comercio internacional y una puerta abierta al Golfo de México. La ciudad ofrecía no solo trabajo y esperanza, sino también el cobijo de comunidades que habían llegado desde distintos rincones del mundo. Entre ellas, la comunidad libanesa ocupó un lugar central, aportando dinamismo económico, disciplina y una vocación empresarial que se reflejaría en generaciones posteriores.
Familias como los Morkazel, Nader y Appedole, fueron parte esencial de ese tejido social. Su espíritu emprendedor, su capacidad de adaptación y su visión de futuro no solo respaldaron a quienes llegaban, como el padre de Slim, sino que también construyeron redes de solidaridad que consolidaron a Tampico como un espacio cosmopolita.
Hoy, al evocar aquella historia, se comprende que el puerto de Tampico no fue únicamente un escenario geográfico: fue una cuna de sueños y el crisol de trayectorias que marcaron a la empresa, la política y la industria en México. La memoria de Carlos Slim Hellu revive esa importancia y nos recuerda que la grandeza de un apellido también se construye en la fortaleza de una comunidad y en la generosidad de una ciudad abierta al mundo…
…Tampico Hermoso, oh, bello puerto tropical
Mi nombre es Pintor, Edy Pintor y esto es, EDYTORIALES…
