*** La foto que cambió el tablero
Por Edy Pintor.
La foto que cambió el tablero…
Para quienes entienden el lenguaje no verbal del poder, la fotografía publicada por el senador José Ramón Gómez Leal (JR) no es una simple postal política: es un mensaje cifrado de alto voltaje. En ella se condensa una señal que reconfigura el mapa político rumbo a las grandes decisiones que vienen, tanto en Tamaulipas como en la Presidencia de la República.
En política, una imagen no se sube por casualidad. Y menos cuando aparecen juntos JR y Omar García Harfuch, dos figuras de peso en la ecuación nacional.
La foto no es inocente. Fue Harfuch quien acudió a la oficina del senador, y no al revés. Un detalle sutil, pero decisivo.
La lectura inmediata es de respeto y acercamiento. Pero hay más: se infiere que fue una conversación larga, tendida y cómoda, donde los gestos, las posturas y las sonrisas revelan una confianza que no se improvisa. Ambos lucen relajados, satisfechos, incluso cómplices.
Y para quien sepa leer más allá del encuadre, la neurolingüística y el lenguaje corporal cuentan otra historia. No es el senador quien se inclina; no es JR quien busca el ángulo favorable de tres cuartos hacia Harfuch. Al contrario: es Harfuch quien está tres cuartos de perfil, inclinado hacia el senador.
Ese detalle, imperceptible para la mayoría, habla de jerarquía simbólica, de reconocimiento implícito, de quién está otorgando el valor del encuentro.
No es un saludo entre iguales: es una concesión.
Una deferencia que deja ver que la iniciativa del acercamiento vino de Harfuch.
Por eso, esta fotografía es mucho más que una coincidencia. Es una pieza de ajedrez movida con precisión quirúrgica. Detrás de esa sonrisa compartida hay un mensaje que solo se emite con autorización superior. Nadie que aspire a ser Presidente o a mantener el control de un estado como Tamaulipas se toma una imagen así, sin que la Presidenta Sheinbaum haya dado la instrucción.
El encuentro huele a negociación, a pacto, a entendimiento sellado. Ya se arreglaron, ya acordaron, ya negociaron.
Y a partir de ahora, todo puede suceder.
Mal que nos pese a los tamaulipecos , José Ramón Gómez Leal se está saliendo con la suya.
Ha logrado algo que pocos creían posible: colocarse al centro de la conversación nacional.
Y la fotografía lo confirma: el poder, cuando sonríe, casi siempre está negociando.
Que a los tamaulipecos nos sea leve…

