
Por: José Asunción CAMARENA BALTAZAR.
Para José Asunción Camarena Baltazar, el tequila no es solo una bebida; es una experiencia que nace en el campo, se transforma en los alambiques y se comunica en cada copa.
Egresado de la Maestría en Procesos del Tequila de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), Camarena Baltazar complementó su formación como Ingeniero Empresarial Agropecuario con el deseo de profundizar en un producto que representa historia, cultura e identidad para México.
Su primer acercamiento fue a través del Diplomado de Técnico Tequilero.
“Ya estaba involucrado como sommelier y maestro catador, pero quería entender qué había más allá del sabor, del aroma, de la botella. Saber qué hay detrás del proceso para poder comunicarlo mejor”, cuenta.
Cada 24 de julio se celebra el Día Internacional del Tequila. Esta conmemoración nace porque el 24 de julio del 2006 la UNESCO declaró Patrimonio Mundial al paisaje agavero.
El tequila: identidad nacional y motor económico
Para Camarena, el tequila es “la bebida baluarte de México”. Como primera Denominación de Origen en el país, ha abierto las puertas a la visibilidad internacional y representa una fuente clave de empleos e ingresos.
“Es mucho más que una bebida. Es historia, ciencia, industria y una tradición social que envuelve comunidades enteras”, afirma.
Sobre la evolución de la industria, señala que ha habido avances importantes en los últimos años, tanto en procesos como en penetración de mercados.
“Vamos hacia la consolidación. El reto es mantenernos, enamorar a nuevos consumidores y llevar el tequila a lugares donde aún no lo conocen, como Asia, con productos de calidad que cuenten nuestra historia”, comenta.
Retos y oportunidades del sector
Actualmente, la industria enfrenta desafíos como la sobre plantación de agave, derivada del auge postpandemia. Sin embargo, Camarena lo ve como una oportunidad.
“Tenemos materia prima suficiente para producir mejores tequilas y desarrollar productos secundarios del agave. Pero también debemos contar la historia que hay detrás, el patrimonio gastronómico, cultural y social que genera el tequila”, señala.
Hoy, Camarena trabaja en producción agrícola, asesora proyectos tequileros, colabora con importadoras de bebidas y comparte su conocimiento como docente y sommelier.
Es fundador de su propia marca, Tequila Parejo, y participa activamente en catas y desarrollo de fichas técnicas sensoriales.
“La parte sensorial es clave. Comunicar lo que se percibe en una copa, conectar con el consumidor a través del lenguaje del gusto y del aroma, eso es lo que hace la diferencia”, comenta.
Aprendizaje profundo y conexión con la industria
Durante sus estudios de Maestría en Procesos del Tequila, una de las herramientas más valiosas que adquirió Camarena Baltazar fue el networking.
“Compartí aula con profesionales de distintas áreas, como diseño de marca, certificación, producción, calidad. Eso enriqueció mi perspectiva y me permitió comprender la cadena completa del tequila”, asegura.
También destaca el papel de los profesores. “Nos ayudaron a profundizar en lo que dábamos por sentado. Eso es lo que debe darte una maestría es ir más allá y desarrollar conocimiento”.
Entre vino y tequila: una comparación sensorial
Como experto también en vinos italianos, Camarena reconoce similitudes profundas entre ambas bebidas.
“Ambos productos nacen del campo, requieren transformación, técnica, historia, tradición. Las Denominaciones de Origen se sustentan en cuatro pilares: territorio, historia, materia prima y métodos únicos de producción. Esos elementos también definen al tequila”, afirma el egresado de la UAG.
A quienes desean incursionar en esta industria, les recomienda acercarse a las raíces, aprender de quienes llevan generaciones cultivando agave y, al mismo tiempo, abrazar la ciencia.
“El conocimiento solo genera impacto si se transmite. Si logramos compartirlo, hacemos crecer la industria y generamos valor para todos”, indica.
El tequila en tres palabras
Para José Asunción Camarena Baltazar, el tequila se puede resumir en tres conceptos fundamentales, que son la tradición, celebración y origen.
Y, con una sonrisa que mezcla orgullo y pasión, concluye: “El Día Internacional del Tequila es motivo de celebración para todos los que trabajamos en el campo, en la industria y en su difusión. Porque hoy, el mundo brinda con México en cada copa”.

