
David Ed Castellanos Terán
@dect1608
Colapsado o no, el actual y tradicional proceso de justicia penal en México, que si es bueno o malo, que si es funcional o no, “la gente no tiene confianza, y punto”, jajaja, qué fácil. Así de simple fue como se justificó la necesidad de aplicar un nuevo modelo judicial, desde la Unidad para la Implementación del Sistema Penal Acusatorio (UISPA), de la Procuraduría General de la República (PGR). “¡Caaraambaa!” diría el imberbe e irreverente Bart Simpson.
Por lo tanto, se le hizo bolas el engrudo al Delegado de la Procuraduría General de Justicia del Estado en el sur de Tamaulipas, Juan Antonio Jara Benavides, pues el calvario que pasan los demandantes en las instalaciones de la Procu está generando un hartazgo generalizado tanto a litigantes como a demandantes.
Recientemente salió a la luz pública el caso de doña Guillermina Cuéllar, quien desde hace cinco años tiene un severo problema en su tobillo ya que el traumatólogo Evaristo Villanueva Cruz, que la operó y le colocó seis clavos en el peroné, dejó olvidada una broca de 2.5 milímetros, para la mala fortuna de doña Guille, no es familiar de ningún prominente político o funcionario tamaulipeco, tampoco es amiga de algún candidato y mucho menos cuenta con la grata amistad de Jara Benavides, por lo que su caso identificado con el numeral 215/2012 fue encapsulado en el abismo de denuncias abandonadas en los extensos y pesados archivos de la PGJE; palabras más, palabras menos… recibió carpetazo. Nadie le resuelve, y mientras, esa distracción del trauma que le dejó un artefacto extraño en su cuerpo le impide trabajar, por lo que representa una de las tantas personas que viven en la miseria del Tamaulipas fuerte.
Bien dicen que no debes tener dos amores, tampoco debes besar en dos bocas y, peor aún, no puedes tener dos patrones, pues con uno vas a quedar mal. Y esta ley de la vida la han olvidado los que se encargan de hacer valer la ley del hombre en Tamaulipas. Y digo lo anterior porque desde hace 12 meses, el gerente de Sam’s Club Tampico, José Alfredo Antonio Mijangos, tiene una denuncia penal en su contra por haberse apoderado de manera ilegal (robado) y sin previo aviso, de los accesorios y teléfonos celulares que la empresa Telcel tenía bajo resguardo de la señora Nancy Bazaldúa Guerrero, quien había pactado de palabra con José Alfredo instalar una “isla” en el interior de Sam’s para vender los accesorios, pero un día de buenas a primeras le desapareció toda la mercancía, generándole pérdidas de hasta 700 mil pesos. El actuar del gerente de la tienda está arrastrando el prestigio de la marca que genera cientos, si no es que miles, de empleos directos e indirectos en México.
En este caso que data desde hace un año, los abogados de la afectada ven al personal a cargo de Juan Antonio Jara Benavides como un gran obstáculo para hacerle justicia a la señora que en términos jurídicos se le puede referir como la quejosa.
Entonces sin más, con el viejo o con el nuevo Sistema de Impartición de Justicia mexicano, si no se modifican las conductas y las formas de actuar, muy pronto también quedará obsoleto.