Este análisis ha sido realizado gracias a una copia versión 1.01 facilitada por Square Enix Latinoamérica, título ya disponible en PlayStation 4 (versión analizada), Xbox One, Nintendo Switch y PC.
Finalmente ha llegado para todos la versión definitiva del Dragon Quest XI. Que en su momento fue lanzado en el 2019 en exclusiva para la Nintendo Switch. Actualmente nos encontramos ante una creciente ola de nuevos juegos RPG, y esta clásica saga busca imponerse por sí sola, a pesar de llegar de forma tardía a las demás plataformas.
Bajo el disfraz de Dragon Quest XI S: Echoes of an Elusive Age – Definitive Edition, este prominente título parece ser todo lo que hemos esperado de esta undécima entrega de una antiquísima franquicia.
Este ambicioso juego no es solamente una carta de amor a los fanáticos del tradicional JRPG, sino también un punto de fácil acceso para los recién llegados a este antiguo género.
La Historia
La serie de Dragon Quest es una criatura de hábitos. Ocasionalmente el trasfondo o lore de sus títulos individuales siguen las pautas establecidas en entregas anteriores, y Dragon Quest no es ajena a este aspecto.
El viaje comienza con un protagonista callado, de cabello sedoso y manejable, el cual tiende a provocar ataques de celos y/o adoración por parte del transeúnte aleatorio que se le atraviese.
Nuestro protagonista, oriundo de Cobblestone, una aldea tranquila ubicada en las montañas de Erdrea, descubre que es el descendiente de El Luminario, el héroe legendario que derrotó a las fuerzas del mal hace muchos años.
Así es como inicia nuestra misión. Donde deberemos aliarnos con un variopinto elenco de personajes, y embarcarnos en una aventura que nos llevará a todo tipo de lugares para salvar al mundo de la inminente amenaza del mal.
La narrativa tiene grandes momentos épicos, otros divertidos, e incluso algunos muy distendidos que les invito a jugar, aunque debo mencionar algo importante, el juego no es inmune a ciertos estereotipos del género, lo cual al final resulta ser una característica interesante por lo bien construido, y la sensación de progreso es satisfactoria.
Jugabilidad
Es bien sabido que Dragon Quest es uno de los venerables abuelos del género del JRPG, por ello no es de sorpresa que el combate por turnos tradicional se mantenga en este DQ XI S.
Todo participante de los combates tiene su oportunidad de actuar, lo cual es determinado por su estadística de agilidad. Si bien DQ XI presenta algunas convenciones más modernas, como ajuste en la aceleración de las batallas y la forma de reaccionar de la IA, no hay una interfaz de usuario que nos permita ver el orden de turnos como el que se puede ver en otros juegos de rol modernos.
Los personajes pueden ser personalizados a través de un sistema de árbol de habilidades, hay al menos dos formas diferentes de construir cada personaje, sin embargo, tenemos la posibilidad de convertirnos en un hibrido teniendo un poco de todo.
El juego nos alienta a experimentar, en razón de que las habilidades no son permanentes, y pueden ser revertidas con facilidad si decidimos cambiar la construcción del personaje.
Ocasionalmente, y de forma aleatoria durante las peleas, algunos de nuestros miembros del grupo se pueden convertir en Dios Super Saiyajin, o como el juego lo menciona Modo Motivado. Momento en el cual, por un corto tiempo, se obtienen bonificaciones de estado con habilidades únicas. Pudiendo incluso ser combinadas con otros miembros ‘Motivados’ y ejecutar ataques devastadores.
Dragon Quest XI es en general uno de los RPG más fáciles de años recientes, al menos si lo jugamos con su configuración base. En este modo, el leveleo no es estrictamente necesario al menos hasta el post-juego, y solamente algunos encuentros se volverán de verdad desafiantes para aquellos acostumbrados al género RPG.
El Modo Draconiano es la respuesta para todos aquellos que buscan un alto nivel de reto con un número de opciones, que con facilidad harán mucho más difícil la aventura.
El juego cuenta con el altamente esperado Modo 2D, el cual nos cambia la perspectiva a los 16-bits, aunque para mi pesar se debe reescribir la partida para poder acceder a este modo, por lo que no es un modo al cual podamos accesar de forma rápida.
Los encuentros no son aleatorios, en todo momento veremos a los enemigos en el mapa y si así lo queremos podemos pelear, o de plano se puede andar a caballo y atropellarlos (lo cual no genera experiencia).
Las peleas cuentan con una vista en lucha libre que nos permite mover el personaje, pero al final de cuentas no afecta el resultado, y en mi opinión es mejor mantenernos con la perspectiva clásica, donde estamos alineados en cuadrilla esperando el turno de atacar.
En cada combate podemos usar 4 personajes al mismo tiempo, pudiendo cambiarlos en todo momento, en caso de que alguno haya sido derrotado. Se puede asignar estrategias a cada personaje: Sin Piedad, Lucha Prudente, Mezclar, No usar PM y Tareas curativas. Lo cual automatiza a los personajes a la conveniencia de la directriz que le hayamos asignado.
Si lo anterior no nos convence, podemos volver al comando de ‘cumplir órdenes’, donde nosotros indicamos a cada uno de los personajes su accionar. Asimismo, podemos elegir la velocidad en la que se desarrolla el combate: Normal, Rápida y Ultrarrápida.
Creación de objetos
La Forja fantástica es un área donde podremos crear en cualquier momento equipamiento de forma ‘gratuita’, siempre y cuando tengamos los materiales base. El equipo que podremos crear va desde armas, armaduras y accesorios. Lo único que será imprescindible es tener la receta de fabricación.
Las recetas las encontraremos en estantes de libros, cofres, o como premio al terminar alguna misión secundaria. Se iniciará un mini-juego, donde tendremos que calcular los golpes para llegar al punto óptimo. Además, tendremos la posibilidad de refundir los objetos creados a fin de mejorarlos o crear otra variación.
Diversión
Dragon Quest XI se apega a lo más tradicional del JRPG, incluso en las misiones secundarias. Lo cual no está libre de fallas, sigue mucho el tradicional: mata a tal enemigo, encuentra tal ítem o habla con tal persona. Esto incrementa las horas de juego y me ha encantado que todo tiene un porqué en la excursión, y no solo la realización de la aventura que nos saca de la misión principal.
Hay algunas otras misiones secundarias que nos piden ejecutar un poder especifico a un enemigo especifico, lo cual puede ser frustrante. Ya que esto dependerá mucho de la suerte. Por fortuna, Dragon Quest XI facilita mucho el volver sobre nuestros pasos con el viaje rápido.
Debo decir que recomiendo altamente terminar la campaña principal e iniciar el post-juego, ya que tiene como por lo menos 50 % más de contenido de lo que ya hemos jugado, a título personal se pone más interesante y divertido, esto solamente lo descubrirán aquellos que lleguen al primer final aparente. Lo cual hace que valga la pena volverlo a jugar si solamente has probado el juego base.
El Modo Foto es el apartado más débil, ya que tenemos muy pocas opciones de edición, las posiciones de los personajes vienen predeterminadas y no se puede elegir el tipo de iluminación. Lo curioso es que podemos elegir las poses de entre varias posibles.
Gráficos
Erdrea es verdaderamente un mundo bellísimo, si bien en un principio mi preocupación era que íbamos a jugar la versión de Nintendo Switch adaptada a las demás plataformas, mis dudas se fueron al jugar este juego.
En una PlayStation 4 Slim, el título corre muy bien sin ningún problema aparente en su rendimiento, a 30 fotogramas por segundo en una resolución de 1080p. Con alguno que otro ocasional retardo en la carga de texturas en campos muy cargados.
Ahora, mirando con mucho detalle se puede notar diferencia en la calidad del DQ11 original y DQ11 S Edición Definitiva, por la iluminación, aunque al final me parece que no es muy catastrófico y la experiencia la disfrutamos muy bien.
Los diseños icónicos de Akira Toriyama nos venden de muy buena forma la estética de los ambientes. Toda la animación cobra vida y se siente que hay cariño, a pesar de ser una versión de una consola de menor potencia.
Este título cuenta con el modo 2D, que a mí me ha parecido más que anecdótico, donde podemos jugar una versión retro de 16 bits. Para hacerlo tenemos que ir a una iglesia o campamento y activarlo, teniendo que volver a salvar la partida y volver a cargar el juego.
El cambio gráfico es muy evidente, los combates se vuelven aleatorios y ya no veremos a los enemigos en el mapa. En combate no veremos a nuestros personajes, solamente a los enemigos. El modo 2D está más pensado para los veteranos de la franquicia. Lamentablemente, algunas misiones tendremos que jugarlas en este modo.
Sonido
El juego cuenta con las clásicas melodías de la saga. Tenemos la posibilidad de elegir entre la banda sonora sinfónica y la banda sonora sintetizada. La orquestal es una maravilla, aunque en determinado momento se volverán ligeramente monótonas ya que no hay mucha variedad.
Cabe destacar que nos llega el título en español de España con actuaciones de voz en inglés y japonés. Recomiendo altamente que lo juguemos en japonés y obviemos los españolismos. Algo que no me gustó es que no podemos elegir el idioma de los subtítulos, ni el tamaño.
Por otra parte, si escuchamos el audio en japonés, podremos detectar que a nuestro personaje principal le llaman Yuusha, mientras que el juego lo traduce como el Luminario. Para aquellos que ven anime sabrán que Yuusha significa Héroe y no Luminario, sin embargo, el juego en su narrativa lo corrige a medias al decirnos que nuestro personaje es la reencarnación del héroe legendario.
Conclusión
Dragon Quest XI S: Echoes of an Elusive Age – Definitive Edition, es un excelente JRPG que nos transporta al pasado sin dejar de mirar el presente. La historia te engancha rápidamente, los personajes tienen un buen trasfondo, e incluso el sentido del humor de Toriyama se nota.
El sistema de combate es sencillo, con una interesante ventana a la profundidad. Fácilmente nos dará más de 100 horas de diversión, a pesar de un poco de leveleo necesario. La música orquestal lo vuelve agradable al oído y las voces en japonés son una delicia, aun cuando tenemos un subtitulado con españolismos.
CALIFICACIÓN FINAL: 9.2/10
Dónde Comprarlo
Dragon Quest XI S: Echoes of an Elusive Age – Definitive Edition está disponible para PlayStation 4, Xbox One (Game Pass), PC y Nintendo Switch, entre los principales minoristas digitales por US$39.99, $ 989.10 pesos mexicanos, respectivamente.