
Por: David CASTELLANOS.
TAMPICO, TAM.- Lo que debería ser un entorno de #amor y protección se ha convertido en un campo de batalla entre Gabriela Salazar y Alejandro Ávila, un matrimonio fracturado que ha exhibido en redes sociales sus miserias personales y ha convertido a su hija en una víctima colateral de sus odios y resentimientos.
La menor, indefensa, ha sido reducida a un arma de ataque mutuo. Se le ha negado el derecho más básico: crecer en #paz, lejos de la violencia verbal, psicológica y física que sus propios padres han normalizado en su disputa.
Lo mismo son las agresiones de Alejandro hacia Gabriela que las de ella hacia él; ambos han expuesto sin pudor a la niña a un ambiente que erosiona su seguridad emocional y su desarrollo integral.
El colmo llegó este lunes primero de septiembre, cuando un grupo de ciudadanos se prestó a participar en una movilización colectiva en respaldo de la madre. Un acto absurdo y egoísta, igual-igualito a lo que propició el padre y sus abogados cuando fueron a extraer a la niña de casa de su madre la semana pasada, sí, porque en lugar de que alguien levante la voz por la verdadera víctima —esa pequeña que no eligió nacer en medio de un infierno conyugal—, se han prestado, principalmete Alex y Gaby, al circo mediático de unos adultos incapaces de resolver sus diferencias con madurez.
Gabriela y Alejandro han demostrado ser todo, menos padres responsables. La patria potestad no es un botín, ni un pretexto para chantajear ni para ganar simpatías virtuales. Es una obligación jurídica y moral que ambos han pisoteado.
La niña merece más que dos adultos cegados por el rencor. Por eso, es urgente que el Sistema #DIF intervenga de inmediato, salvaguarde su integridad emocional y física, y evite que siga siendo utilizada como rehén en una guerra miserable. El Estado mexicano, a través de sus instituciones, tiene el deber de proteger a los menores cuando los propios padres renuncian a hacerlo.
La sociedad no puede seguir aplaudiendo espectáculos de dolor disfrazados de marchas o publicaciones en redes sociales, sus abogados, deben dejar de litigar en la web. Es momento de poner en el centro a quien verdaderamente importa, claro, esa pequeña que solo pide un futuro donde reine el amor, no la venganza.
Sra. Dunia Marón, accionen @DIFCdMadero
DIF Tamaulipas DIF Tampico Dra. María de Villarreal
DIF Nacional María del Rocío García Pérez
Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

