Una alimentación adecuada contribuye significativamente a reducir el riesgo de padecer esta enfermedad
Por la Mtra. Monserrat Rodríguez León, académica de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG)
El cáncer de mama es el cáncer más frecuentemente diagnosticado en mujeres y de no tratarse de forma oportuna, puede diseminarse rápidamente y causar la muerte, por lo que la adecuada alimentación juega un papel fundamental para la prevención de este tipo de cáncer.
Una alimentación adecuada contribuye significativamente a reducir el riesgo de adquirirlo. Existen factores de riesgo que se pueden modificar como la obesidad, la inactividad física y la mala alimentación. Controlar estos factores puede tener efectos en la prevención del cáncer de mama.
Consumir una dieta alta en fibra y antioxidantes inhibe la síntesis y actividad de los factores de crecimiento que promueven el desarrollo de células malignas, sin embargo, es importante mencionar que con el consumo de alcohol estos factores protectores se desaparecen, por lo que se recomienda evitar o beber con moderación.
Es importante saber que incrementar el consumo de frutas y verduras en la dieta es imprescindible. Su alto contenido en vitaminas, minerales y antioxidantes evitan el daño de las células. Los frutos rojos como fresas, frambuesas, arándanos, entre otros, contienen compuestos que reducen la inflamación y promueven la salud de las células. Además, incluir en nuestra alimentación granos enteros como la avena, arroz y pastas integrales, son opciones ideales para aumentar el consumo de fibra, que no solo favorece la digestión, sino que ayuda a disminuir los estrógenos del cuerpo, lo que reduce el riesgo de cáncer de mama.
Alimentos como las almendras, nueces y semillas son ricos en grasas saludables y brindan factores protectores para diferentes enfermedades, incluyendo el cáncer. Mantener niveles de grasa corporal óptimos resulta fundamental para controlar la producción de estrógenos, inflamación celular y controlar los niveles de insulina lo que previene el crecimiento acelerado de las células cancerígenas. También es recomendable incluir alimentos ricos en omega 3, tal y como son los pescados grasos como el salmón que tienen propiedades antiinflamatorias. Comenzar a utilizar aceite de oliva en las preparaciones también se considera una excelente alternativa para cuidar la salud.
Así como existen alimentos que nos protegen del desarrollo de cáncer de mama, también existen aquellos que pueden aumentar el riesgo de padecerlo. Consumir en exceso carnes rojas y procesadas como salchichas y embutidos, se ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer de mama. Dichos alimentos tienen ingredientes que pueden producir sustancias consideradas como cancerígenas. De igual manera los azúcares refinados presentes en los alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas provocan incremento en los niveles de glucosa de quienes los consumen, lo que eleva la producción de insulina, lo que también se relaciona con un mayor riesgo de cáncer.
Existen recomendaciones de alimentación que pueden reducir los riesgos de cáncer de mama, sin embargo, es indispensable la adopción de otros hábitos de vida saludables. Mantener la grasa corporal y los músculos en estados óptimos, realizar actividad física al menos 150 minutos a la semana son algunos de los factores claves en la prevención del cáncer de mama. Cumplir con las recomendaciones de ejercicio, no solo ayuda a mantener una composición corporal adecuada, sino que también regula muchas de las hormonas de nuestro cuerpo, lo que es fundamental para reducir el riesgo.
En conclusión, es necesario incluir más frutas, verduras, consumir granos enteros y grasas saludables, limitar el consumo de carnes rojas, alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas, puede ser un primer paso para la prevención del cáncer de mama. ¡Come bien para vivir mejor!
La Mtra. Monserrat Rodríguez León, directora de la carrera de Ciencias de la Nutrición de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG). smonserrat.rodriguez@edu.uag.mx