En Nuevo Laredo, Tamaulipas, la niñez migrante realiza dibujo, pintura, música, danza, literatura, entre otras actividades
Niñas, niños y jóvenes migrantes han recorrido kilómetros en compañía de sus familias hasta llegar a Nuevo Laredo, el extremo norte del estado de Tamaulipas, la frontera entre México y Estados Unidos. Ellas y ellos viven en diversos albergues comunitarios, algunos de los cuales son visitados cada semana por el colectivo Sueños viajeros sin fronteras, grupo que realiza diversas actividades culturales, artísticas y de esparcimiento impulsadas por el programa Cultura Comunitaria de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México.
El dibujo, la pintura, la música, la danza y la literatura son algunas de las actividades artísticas que el colectivo organiza en los albergues. “Hacen juegos para practicar el lenguaje escrito y verbal, además de que pueden compartir su cultura; mientras que con otros juegos y habilidades realizan actividades físicas relacionadas con la música y la danza”, señala César Gaytanos, integrante del colectivo.
Sueños viajeros sin fronteras nació como un proyecto entre amigos para apoyar con actividades culturales y lúdicas en los albergues que recibían grandes grupos de migrantes, posteriormente se integraron al programa Cultura Comunitaria de la Secretaría de Cultura federal, con el propósito de promover el acceso a los derechos culturales de niñas, niños y jóvenes migrantes.
“Sin embargo, en los albergues nos encontramos con la presencia de mamás, papás, abuelitas, etcétera, que vienen también en los grupos de migrantes y empezamos a compartir algo del trabajo con las personas adultas, comenzamos a involucrarlos pidiendo apoyo como si fueran parte del equipo y después preparamos también algo de material para adultos”, relata Edna Torres, coordinadora de Sueños viajeros sin fronteras.
Edna, César y Griselda Cantú, también integrante del proyecto, se percataron de que varias niñas, niños y jóvenes migrantes se integraron a las actividades escolares presenciales en comunidades tamaulipecas, una vez que fueron reactivadas, por lo que actualmente Sueños viajeros sin fronteras también trabaja en instituciones educativas donde además fomentan valores sociales como el respeto a la diversidad cultural entre compañeras y compañeros de las y los niños migrantes.