El grupo Yunes en Veracruz y Boca del Río vive horas aciagas y difíciles -cómo lo admitió Fernando Yunes Márquez en una carta enviada a los suyos y ya no tan “suyos”- y esto apenas empieza, pues se avecina una guerra interna y de muchas fracturas entre los que abandonaran el barco de la yunicidad y los que habrán de permanecer con la familia Yunes solo por agradecimiento, pero no por convicción.
Expulsados Miguel Ángel Yunes Linares y Miguel Ángel Yunes Márquez del Partido Acción Nacional, y con un rechazó total del Partido Verde Ecologista de México en Veracruz y con una animadversión natural de la gobernadora electa y ya casi en funciones, Rocío Nahle, ya varios yunistas de hueso colorado han optado por saltar del barco y “rascarse con sus propias uñas” dentro del PAN, aunque mucho se duda, puedan tener cabida en alguna próxima o venidera elección.
El diputado federal, Carlos Valenzuela, el llamado “dedo chiquito” de “Miguel chico” ya saltó de la yunicidad, el muy “baquetón” lo hizo a través de su esposa, no tuvo los arrestos, ni la virilidad necesaria para desmarcarse por cuenta propia.
Los legisladores locales, los más yunistas, los más “lambiscones” de Yunes Márquez y Patricia Lobeira, pero también los más panistas, Miguel Hermida y Verónica Pulido decidieron “votar en contra” de la Reforma Judicial y con eso “dar un manotazo” de que ellos, por decoro, por dignidad, por tantita congruencia política, tal vez, por vergüenza, pero se quedan en el PAN.
En el caso de la legisladora federal, Maryjose Gamboa, anda como “la llorona”, aquella mítica leyenda, de que la lloraba por las noches cerca de un acantilado, buscando a sus hijos; sin embargo, Gamboa llora, porque ve esfumada sus posibilidades de ser la candidata a la Presidencia Municipal en el 2025.
¿Quién la va a apadrinar?, ¿Quién le va a financiar la campaña?, más aún, con qué cara pedir apoyo a los panistas, si su gurú y patriarca, Miguel Ángel Yunes Linares los traicionó y de fea manera.
En el caso del legislador local, todavía panista, Jaime de la Garza esté ya “pinto su raya”, se declaró yunista hasta la muerte e incluso subió a sus historias de WhatsApp, una imagen donde aparece abrazado del exgobernador y exalcalde. Cómo dicen por ahí, el qué por su gusto muere.
Los Yunes hoy son vistos como “apestados” en el Puerto de Veracruz, en Boca del Río y en todo municipio veracruzano donde hay una fuerte base del panismo. Acción Nacional tendrá que reconstruirse en breve, fortalecer sus cuadros y apuntalar las candidaturas para el 2025.
De mientras, tanto en el Comité Estatal de la calle Zamora, como en el CEN del PAN en el sur de la Ciudad de México, ya tienen claro, que los de apellido Yunes y sus aliados y otrora aliados ya no caben en el partido, mucho menos, volverles a otorgar candidatura alguna.
Los hoy etiquetados como traidores a la patria son tan mal vistos que hasta la gente que confió en ellos se siente decepcionada, desde sus militantes hasta los que apenas simpatizaban, tal es así que circula en grupos de WhatsApp de habitantes de la zona conurbada el asistir a dar el grito pero para cantarles su precio y su valor a quienes se convirtieron en la familia menos querida del puerto jarocho.